martes, 4 de agosto de 2015

Del Europeo a Alpe d'Huez


Ha sido un mes movidito desde que el pasado 5 de julio saliera en la furgoneta de la Federación Lituana de Triatlón hasta hoy, que tras correr en Alpe d'Huez, me encuentro esperando en el aeropuerto para volver a Lituania.









Lo primero Ginebra, viajé junto a los compañeros de Lituania, en furgo desde allí en 24h, parando lo justo para comer e ir al servicio, conducía el presi de la fede y un compañero suyo, así llegabamos el lunes 6 de julio a Ginebra, con mucho calor y cansados. La sorpresilla que me tenían preparada fue a la llegada del hotel (hotel, por cierto, en la mejor calle de Ginebra. Lease con tono irónico) viajábamos 5 y había dos dobles... pero el presidente de la federación dormiría hasta el jueves en el suelo para que yo tuviera cama (el jueves me iría a casa de unos grandes amigos como son Mila y Sam, suficientemente grandes como para aguantarme 3 días con competición de por medio). Tuvimos una semana tranquila, tocando bien los tres deportes pero sin pasarnos y llegaba con confianza a una competición en la que tocaría superarse.



Con los reconocimientos de la carrera hechos junto a los españoles (entre ellos mi hermana Miriam) me motivaba un poco más ante lo divertido de la prueba, todo fantástico hasta que el día de la prueba, los junior (que eran los primeros) se tiraban al agua sin neopreno... mi carrera se complicaba mucho, pero yo me sentía bien, así que nada de rendirse antes de tiempo.









Llegaba mi turno y tras colocar el box y calentar bien me dirigía hacía la cámara de llamadas, el nivel era enorme, Gómez Noya, Hauss, Riederer, Vassiliev, Blummenfelt y un largo etc. de míticos de las Series Mundiales, me hacía tener los pelos de punta. Así, me colocaba en el penúltimo sitio libre, en la zona de la mitad del pontón y se daba la salida, salida que hago bien, sin recibir apenas golpes y pudiendo seguir los pies de algún triatleta hasta la boya, unos 300m, pero justo al pasarla ya voy al límite y me quedo en solitario tratando de hacer lo menor posible la pérdida de tiempo. Carlos Prieto, el entrenador de Javi y ante todo amigo (gracias desde aquí), me da referencias a mitad de natación y en cada vuelta de bici. La T1 se me hace eterna, al verme tan solo y con lo que me toca por delante, pero salgo pensando en regular en los 40km, para al menos, no ser doblado y poder acabar la prueba. Al tocar tierra a unos 3'50" del 1º, toca tirar de calculadora, 6 vueltas en las que me puedo permitir perder entre 30" y 40" por vuelta, y así voy haciendo, a falta de 2 vueltas y media veo que tengo margen más que suficiente (todavía grupo cabecero a casi 4' de cogerme) cuando un juez me señala que me tengo que parar, obligándome al cruzar su moto, me intento defender, pero estoy flipando totalmente y no me lo esperaba, además ya con un pie a tierra se acabo toda posibilidad de acabar, me resigno y vuelvo andando, nadie del público de alrededor lo entiende y algunos increpan al juez, pero eso ya no sirve de nada. No es una bonita forma de acabar una prueba así, sobre todo cuando uno no lo merece, pero bueno me quedo con los momentos previos y todo lo vivido, que no es poco.



A pesar de todo, toda la gente me anima y muestra respeto, cosa que agradeces en ese momento, tocaba pasar página.


Los días siguientes viajaba con mis padres desde Ginebra a Hamburgo para seguir la Serie Mundial donde corría Miriam, por el camino fuimos parando en Friburgo (visitando previamente Nyon y Neuchatel, ambas preciosas ciudades francófonas de Suiza), de Friburgo que decir, una ciudad preciosa, con un ambiente de terrazas y gente por la calle muy similar a España y que es parada obligatoria para ver su casco antiguo. Al día siguiente visitaríamos y dormiríamos en Heidelberg, por cierto todo esto de camping y aprovechando la piscina de cada ciudad para nadar, y las zonas de alrededor o el centro para correr o montar en bici (entrené sin problema toco lo programado aunque adaptándome a un lugar nuevo cada vez), Heidelberg es otra ciudad de obligada parada, un castillo impresionante domina el casco antiguo, y el paso del río entre colinas provoca una panóramica preciosa, además tiene una ciudad universitaria que impresiona, sobre todo, por las instalaciones deportivas. Al día siguiente pararíamos en Goslar y el Parque Nacional de Hartz, la ciudad amurallada en parte y mayoritariamente medieval, es un centro turístico de primer nivel, y a pesar de la cantidad de turismo, algo único en Alemania, y tras una noche más en Celle (sin gran atractivo) llegamos a Hamburgo, que como ciudad no pasará a mis favoritas de Alemania, pero muy impresionante, si nos centramos donde se desarrollaba la prueba de triatlón.



























La Serie Mundial de Hamburgo quizás sea la más impresionante de ver, por la facilidad, por la cercanía al deportista y por el público... Un ambiente espectacular en todos los sentidos. Y aún más espectacular, si cabe, el domingo con los relevos.




Alrededor de Hamburgo visitamos la costa del Mar del Norte un día y la del Báltico y Lübeck otro día, en el Mar del Norte no hay playas, sino praderas con ovejas desperdigadas por doquier, que llegan hasta el mar. Y en las playas del Báltico, lo que hay es un agua muy fría, perfecta para meter las piernas después de una buena transición. Por otro lado Lübeck merece una visita.















Tras Hamburgo, visitamos Bremen, con un casco antiguo que impresiona y bajamos hasta Baviera para dormir en Rothenbourg ob der Tauer, un bonito pueblo medieval completamente amurallado, y por el cual merece la pena perder una mañana paseando. La siguiente parada sería Bregenz, en Austria, en la cabecera del lago Constanza, parando antes en Ulm para ver su majestuosa catedral.


Y desde el lago de Constanza decidimos, pasando por el curioso Liechtestein, viajar hasta Val Venosta (valle donde confluyen Austria, Suiza y principalmente Italia) donde aproveché, a una semana vista del Triatlón de Alpe d'Huez, para subir por sus tres caras el Stelvio, puerto duro donde los haya, pero a la vez impresionante y precioso. El valle de Val Venosta un sitio increíble para todo aquel que le guste el trekking, la mtb o el ciclismo, para disfrutar de verdad.




























Desde allí camino a Alpe d'Huez pasando por St. Moritz (¡vaya sitio!).




















En Alpe d'Huez coincidía tras muchos meses con mi entrenador, Diego Paredes, y junto a él y Mery, estaríamos una semanita en ese fantástico lugar. Este año además venían mis amigos del Trisegovia, Tapias, Muela, Orosa y Gala con las familias, así que el ambiente se preveía fantástico.

Y la semana superó las expectativas, muchas risas con buena gente como Aimar Aguirresarobe, Gorka Bizkarra, Alberto Bravo, Marcel Zamora y por supuesto Antonio E. Parra y Andrés Carnevali...
Buenos entrenamientos en la piscina cada mañana y con toques serios en los otros dos deportes, se acercaba el día de la prueba y yo tenía unas grandes sensaciones, el día antes era el turno del triatlón Largo, contento por el carrerón de Aimar y animando al resto que supieron sufrir mucho.














El día de mi carrera amanecía lluvioso y frío, gracias a Aleix y Laura Gómez tuve un sitio en su coche para poder ir hasta la salida, box preparado y calentamiento en seco hecho. No había mucha historia, tácticamente hablando, en el agua mi referencia era Marcel y luego  cada uno a su carrera. En el agua (muy muy fria pero algo menos que en 2014) salida complicada, unos primeros metros pegándome con Romain Guillaume, hasta que levanto el ritmo y pierdo algunos puestos, se que puedo ir un poco más rápido, pero no voy mal y me van llevando en un grupo, salgo del agua perdiendo lo esperado con cabeza (Belaubre se escapó, pero el resto a menos de 1') y empiezo el llano fuerte, pero siempre guardando un punto para la subida, no me olvido de tomar los geles (2 de 40g de 226ers, duarnte la bici, y uno más de 25g en la T2), al llegar el puerto voy tratando de hacerlo progresivo y no voy mal, pero me falta un punto de alegría en la pedalada, y son mis piernas, ya que la Fuji Transonic va finísima, aún así se que hay que seguir apretando y sé que puedo correr bien, todo esto añadido a los ánimos de mucha gente, amigos y desconocidos (especial agradecimiento a Miguel Lopez Allué y a sus amigos que fueron siguiéndome para animarme lo máximo posible), hacen que me olvide por un momento de la lluvia y el frío. T2 más lenta de lo deseado y salgo a correr con lo que tengo, pero veo que llevo buenas piernas y voy muy entero, el puesto no es magnífico (23º) pero me veo muy cerca de Marcel, y más aún de Guillaume en la zona donde nos cruzamos, consigo hacer una carrera expriméendome al máximo y eso me hace acabar muy contento. Se que puedo dar algo más en esta prueba pero otro año será y por este no esta mal.


















Al llegar a meta y enterarme del carrerón de Fernando Lopez de Sagredo, casí me alegro más que él, y ya el hecho de haber estado cerca de cracks como Marcel Zamora (8º), Olivier Marceau (10ª) y Romain Guillaume (18º) me hace estar contentísimo. 


El balance es positivo, pero creo que a toda la confianza que Nicolas Beck lleva depositando en mí, ya dos años, debo devolverle algo mayor en forma de resultado, así que si nada lo impide, nos veremos en Alpe d'Huez 2016. ¡Gracias Nico!




Luego viaje relámpago para España y yo al aeropuerto para Lituania, para estar con la persona que me ha faltado todo este mes, pero que desde unos cuantos miles de kilómetros ha empujado en cada entrenamiento.





¡¡Nos vemos en Riga ETU Cup!!